El año 2022 lo hemos empezado, como siempre, entrenando perros de clientes y propios en Andalucía. Todo el mes de enero dándole caña. Ahora, después de solo tres días de descanso en casa (la jefa tiene más mérito que yo…) volvemos para las tierras andaluzas.
Sigo con la furgoneta repartida entre clientes y caseros, entre setters y pointers. Jornadas de trabajo a destajo que se llevan mejor debido a la buena densidad de perdices que tenemos en la finca.
Es lo que tiene llevar varios años estable en un terreno, conocer y tener gente in-situ que te facilita poner en contacto a los perros con la brava perdiz roja.
Me gusta el lío, este año probaremos a la grande con DENDABERRI VALO y DENDABERRI TUTANKAMON. Probaremos a los dos en la Gran Busca, la disciplina más exigente de todas y con todos los grandes enfrente…
Ilusión y trabajo, creo que la combinación de las dos dará su fruto. Y, si no hay recompensa… más trabajo! ¡Que la ilusión viene en mis genes!